miércoles, 7 de mayo de 2014

El valle donde habito...

Esta mañana he recorrido parte del camino que cruza el valle donde habito. A diferencia de otras veces que he llegado hasta el final, hoy necesitaba habitarlo yo a él... O habitarme, que es casi lo mismo. Sin distancias, metas o finales. Sin tiempos.

Viendo surgir la hierba y verdear los árboles. Parir las vacas, las ovejas y las yeguas. Desaparecer los corderos...

En silencio, más allá del canto de cada pájaro que también lo habita. El ulular del viento entre las ramas y hojas o el sonido del río cuando rompe en la pequeña cascada donde anidan los mirlos acuáticos.

Contando cada una de las flores, amarillas, azules, rosas, fucsias, rojas, que lo pueblan. Midiendo la altura de las hierbas que por doquier crecen.

Viendo, desde el puente de piedras del ayer, los cangrejos jugar al escondite entre las piedras viejas del lecho.

He prestado atención al murmullo del río en su intento de decirme lo que ya sé... "¿A dónde vas? ¿A qué tantas prisas? ¡Todo está aquí. Todo está en ti!. Lo que crees percibir y que identificas como “los otros” o “lo otro”, eres tú mismo, un poco más allá si cabe... ¿A qué tantas identificaciones. Tantos anhelos, necesidades, compromisos... Sonrisas o seriedades?"

"¡Fluye, fluye, fluye... Y deja fluir. Ya que cada cosa y cada quién lleva su propio ritmo. El tuyo en el ayer..."

Y habité el silencio interior... Dejando que el sonido de todo lo demás creara la sinfonía de la vida.

5 comentarios:

Marina-Emer dijo...

Mi querido amigo...lo primero saludarte con cariño por tercera vez en casa nueva desde que somos amigos.
Te escribire fuera de comentario para ser algo mas estensa ya que mi cariño por ti es casi familiar y asi te contare de un viaje que hice.
Tus escritos son maravillosos ,fdignos de ir recopilando hoja a hoja y formar un precioso libro...Me parecia estar en Asturias en casa de mis suegros ,con el campo ,las flores silvestres tan preciosas de vivos colores...el ganado ver parir yo una vaca que me parecio maravilloso y tu ahora lo estas viviendo ahi como en un jardin del cielo...bellisimo,unos escritos que me han robado el alma.
besos y gracias
recibiras noticias
Marina

Marinel dijo...

Envidio ese bucólico pasearte, ese laborar todo lo que te atañe sin salir de ti o sí...pero sólo un poco, como asomado lánguidamente, apoyado en tu balaustrada viendo sin salir más allá de la comprensión definitiva...
Me ha gustado la desaparición de los corderos, animales,¡pobres! a los que revestimos de nuestras alimañas.
En fin, Ernesto, que me ha gustado pasear desde mi balcón por tu paisaje.
Por cierto...entendí o sobre entendí, pero te felicito sinceramente por esa cita a las doce, esa reunión especial...
;)
Besos.

Ángela dijo...

Ernesto, qué bonito escribes y qué bonito vives!...y hay lugares que ayudan a ello si se está en disposición de fluir...y dejar fluir!!
La naturaleza en todos sus seres es apasionante, poder disfrutarla así como tú es un don que no está al alcance de todos.
Qué precioso valle, qué bonito pueblo, y qué maravilla de caminos que te llevan.
Un abrazo.

AMALIA dijo...

Una maravilla poder disfrutar de tan hermoso paisaje que invita a la paz.

Ahora que estoy pasando una temporada en Galicia, me encanta contemplar las bellezas que nos regala.

Precioso, Ernesto.

Te mando un abrazo muy grande.

Milena dijo...

Qué maravilla Ernesto, cómo describes tu caminar; así entiendo la vida también... pasearse por la naturaleza se convierte en un placer inmenso, el placer de estar vivo, el placer de vivir.

Un abrazo amigo