Podría decirse que la vida del ser
humano oscila entre estos dos puntos: lo fundamental y lo superfluo.
Que trabajarían en éste como vaso comunicante. Más fundamento,
menos superfluo. Más realidad, menos apariencias. Más consciencia,
menos adormecimiento...
Cuando nace un niño lo hace en su
estado más real, todo en él es fundamental. Ahí no hay nada de
superfluo. Es al ir creciendo que esto último se le va adhiriendo.
Se le impone. (Luego ya se encargará él mismo de irse poniendo
etiquetas de poco fundamento)
El propio bagaje de lo superfluo
que los padres tengan es la primera de las contaminaciones que vivirá
a lo largo de su vida. Después vendrá la educación, la cultura, el
ambiente, las costumbres sociales, las modas de toda índole, etc.
Todo ello forma el caldo de cultivo del adormecimiento en que lo
primordial se va convirtiendo en superfluo... Siendo este aspecto el
predominante en la mayoría de las sociedades. Dando lugar a lo que
se conoce como ciudadano normal.
Lo fundamental, lo real, siempre es
en la persona. Es su esencia, su razón de ser. Es lo otro, lo
superfluo, lo que lo va cubriendo como las distintas capas de la
cebolla que ocultan el núcleo de ésta.
¿Es el ser humano una cebolla? ¡Desde
luego que no! ¿Se comporta como tal en la mayor parte de sus
creencias, gustos, acciones y saberes? Muy probablemente... Hace
valer las capas superficiales de sí mismo como lo fundamental en su
vida. Disfrazando su esencia real, que siempre es, está, con los más
variopintos ropajes.
Para muestra... ¡mira a tu alrededor!. Las lágrimas que ves, sufrimiento,
carencia, malestar, enfermedad..., están producidos por la cebolla
cultivada. Quienes no la cultivan, o conscientes
de ella deciden desprenderse capa a capa en busca del núcleo, la
realidad, ellos mismos, hacen de sus vidas otra historia.
“Conoced la verdad y ella os hará
libres”.
“Buscad primero el reino de los
cielos (lo fundamental) y todo lo demás se os dará por añadidura”.
“Las cosas que yo hago vosotros
podéis hacer y mayores cosas aún”.
No fundó dogmas ni teologías,
ceremonias o liturgias. Ni tan siquiera fundó iglesias. ¡Enseñó
la verdad de la vida! Quienes hacen suya su verdad y la aplican se
hacen libres... y sus vidas son otra historia.